Tras mucho tiempo sin publicar(que no sin trabajar), retomo el blog publicando la restauración de este precioso piano forte del siglo XIX.
Tenía las patas desgajadas y carcomidas y mucha suciedad. Le faltaban teclas de ébano y el barniz, de goma laca, se veía deslucido y con numerosos pasmados.
Tras dos meses de trabajo, recuperó su antiguo esplendor.
Esta columna, perteneciente a un retablo, llegó a mi taller en muy mal estado. Tuve que sentar todo el oro, estucar, embolar y redorar bastante superficie. Fue un trabajo precioso y quedó muy bonita!
Por fin terminé está bandeja de laca china que lleva conmigo muchos años. Este tiempo de confinamiento puede servir para acabar algunas cosas para las que nunca encontrábamos el momento.
Este antiguo botiquín o caja de médico de viaje lo ha restaurado en el taller una alumna. Hemos conseguido que no pierda ni un ápice de su encanto manteniendo su esencia y antigüedad pero limpiando y mejorando las zonas deterioradas.
Dos antiguas vitrinas se transforman en ventanas mediante la pintura decorativa.
Después de encolarlas, he pintado la madera y la he encerado y tapizado el asiento con una tela mallorquina que me proporcionó su propirtaria.
Lo primero es encolar el brazo y la antorcha. Después he sentado la policromía y luego he estucado todas las lagunas. Y por último las he desestucado dándoles el volumen adecuado… El trabajo es muy delicado y laborioso, pero también emocionante.
Una lámpara vieja encuentra un nuevo uso gracias a su restauración y un poco de pintura y pátina.
A este Niño le faltaban varios deditos de manos y pie. Estaba repintado y con dedos mal pegados.
Pero con paciencia y un trabajo minucioso lo hemos dejado estupendo. Listo para lucir en la próxima Navidad!
