Por fin terminé está bandeja de laca china que lleva conmigo muchos años. Este tiempo de confinamiento puede servir para acabar algunas cosas para las que nunca encontrábamos el momento.
Está semana hemos restaurado en el taller una consola Isabelina dorada. Tenía la estructura en muy mal estado y muchas piezas fracturadas y desprendidas o a punto de caer. Y una pata con un gran faltante que se había comido el perro!
Ha sido un trabajo muy bonito. El oro siempre es agradecido!